#60. Así perjudica la soledad a tu corazón.
La soledad no solo perjudica tu estado de ánimo.
Aunque parece algo totalmente ajeno, algunos estudios sugieren que la soledad influye en tu metabolismo y en tu sistema cardiovascular.
Pero… ¿es esto real? ¿Hasta qué punto importa?
Este artículo es verdaderamente sorprendente.
Te lo desgrano todo. Acompáñame.
¿ES ESTAR SOLO? ¿ESTAR AISLADO? ¿O ES SENTIRSE SOLO?
Y es que no son lo mismo. Mira, el aislamiento social se define como la ausencia objetiva de relaciones sociales. Sin embargo, la soledad es la percepción subjetiva de su ausencia. Son conceptos relacionados pero distintos. Se puede estar aislado sin sentirse solo, y se puede percibir soledad sin estar aislado. Las dos situaciones pueden afectar negativamente a diferentes aspectos de la salud [1]
Es curioso que en esta sociedad de la hiperconexión sea un problema tan frecuente. En España, con datos oficiales de 2024, 1 de cada 5 adultos sufre soledad no deseada y de los restantes, 1 de cada 3 la han sufrido en algún momento. 2 de cada 3 personas que se sienten solas, llevan así más de 2 años. Es algo más frecuente en mujeres (21,8 frente a 18%) y afecta a todos los grupos de edad. Clásicamente ha afectado más a los mayores, pero asistimos a un cambio de paradigma alarmante y de consecuencias inciertas: en estos momentos las generaciones más jóvenes son las más afectadas (en torno a un 30% entre los 18 y 34 años). [2]
¿A QUIÉN AFECTA MÁS LA SOLEDAD Y EL AISLAMIENTO?
Por un lado, algunas personas, o si me permites la expresión, ciertos grupos y poblaciones son más vulnerables a sufrir soledad, aislamiento y sus consecuencias. Por ejemplo, las personas con enfermedades crónicas o discapacidades, o quienes padecen problemas de salud mental; las personas de colectivos o poblaciones minoritarias por raza u orientación; quienes sufren problemas económicos o laborales, o quienes tienen pobres relaciones familiares o una escasa red de apoyo entre familiares y amigos. Con frecuencia la relación causa-consecuencia es bidireccional [3].
Por otro lado, los mayores han sido, clásicamente los grupos con más frecuencia aislados o solos [1], pero el panorama está cambiando y parece empeorar.
Algunas situaciones merecen una mención especial:
No se pueden pasar por alto los efectos de la pandemia de COVID-19, que empeoró notablemente la situación: provocó estos sentimientos y situaciones en muchas personas que no los habían experimentado hasta entonces y agravó los problemas de aquellas que ya lo sufrían. El periodo de confinamiento supuso, para toda la población un periodo de aislamiento prolongado transitorio, pero sus consecuencias han ido mucho más allá y se han mantenido en el tiempo [4].
Otro aspecto que destacar es como los problemas de soledad y aislamiento están aumentando enormemente en niños, adolescentes y jóvenes. Por un lado, parece que estos grupos de población están sufriendo las mayores secuelas de la pandemia y sus restricciones [5]. Por otro, una serie de factores intrínsecos a las nuevas generaciones como un mayor uso de la tecnología y un cambio en los patrones de ocio y la forma de relacionarse explican una mayor tendencia al aislamiento y, en consecuencia, a la soledad. Aún desconocemos las consecuencias de estos cambios de tendencia, tendremos que estar atentos a ver cómo repercute este cambio de hábitos en la salud de las generaciones venideras.
¿CUÁNTO Y CÓMO AFECTA LA SOLEDAD?
Esto es lo más interesante entre las publicaciones recientes.