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#33. Así afecta el consumo de esteroides y anabolizantes a tu corazón.

Nunca han sido tan populares, ni tan fáciles de conseguir.

Funcionar, funcionan.

Pero no se suele ser del todo consciente, sin embargo, de los riesgos que encierran.

Y en el hospital, los vemos cada vez con más frecuencia.

Te cuento lo que hay detrás del uso de anabolizantes.

El uso de esteroides, sobre todo en usuarios de gimnasio muy jóvenes, se ha multiplicado en los últimos 5 - 10 años. Según algunos estudios, en España, el 20% de los usuarios de gimnasio los consume o emplea habitualmente.

Y es que funcionan. Mira, uno de los estudios más clásicos e importantes de los efectos de la testosterona en la fuerza y la masa muscular que se han realizado dividió a las personas en dos grupos: uno recibió testosterona y el otro placebo. A su vez, dentro de cada grupo, la mitad entrenó, y la otra mitad no. Al final del estudio, las personas que recibieron testosterona y no entrenaron ganaron más músculo que los que entrenaron pero recibieron placebo. Vamos, que quien diga lo contrario, o miente o está mal informado: los esteroides funcionan.

Sin embargo, emplear anabólicos tiene un efecto negativo para la salud en general. Y estos no son tan conocidos como sus ventajas. De hecho, los efectos secundarios más conocidos son precisamente los menos graves: la perdida de pelo, la ginecomastia (desarrollo de las glándulas mamarias) o incluso el “daño” hepático.

Pero ojalá fuera solo eso. Resulta que cuando empleas estas sustancias, tu sistema cardiovascular sufre, y mucho.

Entiende esto: Tu corazón es un músculo, y como tal, se comporta.

Y todo músculo, ante una situación de demanda, como por ejemplo cuando haces ejercicio, se potencia su funcionamiento para cumplir con lo que se le exige, como es el abastecimiento de sangre y nutrientes a los tejidos. Pero además, si ese estímulo de potencia se vuelve frecuente, a la larga se adapta. Pasa igual que cuando trabajas cualquier otro músculo en el gimnasio. Si entrenas sentadilla, los músculos de tus piernas y glúteos se harán mas fuertes. Pues el corazón igual.

Y debemos saber que los esteroides son un estímulo anabólico para todos tus músculos. Si los tomas, tus músculos y tu corazón se harán más grandes. Esto es porque existen receptores androgénicos en los cardiomiocitos, que son las células musculares cardiacas.

¿Y cómo podemos evaluar estos cambios?

No necesitamos una autopsia para observar los cambios que se generan en nuestro organismo. De hecho, las pruebas de imagen nos permiten observarlos e incluso intervenir de una forma poco invasiva. En VITAL, ya hemos hablado de la utilidad del ecocardiograma para evaluar la estructura y función del corazón.

Sorprendentemente, a día de hoy el número de estudios publicados sobre como responde el corazón cuando se emplean esteroides es: limitado y controvertido. Y es que más allá de consideraciones éticas (hoy ya no podemos realizar un ensayo clínico en la que dividamos a las personas aleatoriamente a usar esteroides y o no), en ocasiones es difícil diferenciar entre los hallazgos que son repercusión del uso de hormonas o adaptaciones al ejercicio.

Sin embargo, y analizando toda la evidencia disponible, actualmente sabemos que los esteroides anabólicos generan:

  • Cardiomegalia
  • Disfunción cardiaca
  • Hipertensión
  • Dislipemia
  • Alteraciones de la coagulación

Y todo ello aumenta el riesgo de sufrir, principalmente:

  • Infarto de corazón / Cardiopatía isquémica
  • Insuficiencia cardiaca
En esta tabla se puede apreciar con más detalle los problemas generados.

Así, el empleo de esteroides cambia la estructura y forma de tu corazón. Por eso, cuando vemos el corazón de los culturistas, este suele ser mucho más grueso y grande que el de una persona promedio. Incluso comparado con deportistas de élite que no emplean anabólicos. Tienen lo que llamamos, cardiomegalia.

Sin ir más lejos, el corazón humano suele pesar unos 300 gramos, y en autopsias a culturistas se han llegado a observar corazones de hasta 600-800 gramos. Lo que supone más de 2,5 veces el peso habitual de un corazón normal.

No obstante, la función del corazón se afecta de una forma aún más evidente. Te cuento qué es lo que pasa.

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