#29. ¿Realmente es bueno meditar para el corazón?
Cada vez se habla más de los beneficios de la meditación, y no hace mucho me dio por pensar si había evidencia científica acerca del efecto de la meditación sobre la salud cardiovascular.
Y la verdad, me impresionó.
Acompáñame, te cuento lo que he aprendido.
Como sabes, la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el mundo. Tradicionalmente, su prevención y tratamiento se han centrado en corregir factores de riesgo clásicos como el tabaquismo, la hipertensión o la diabetes, y algo menos en cambios en el estilo de vida, sobre todo alimentación, y actividad física. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la prevalencia de la enfermedad de corazón sigue siendo alta.
Por eso creo importante investigar y aclarar si hay otras herramientas que puedan ayudar a reducir el riesgo cardiovascular. Y entre ellas, la meditación ha emergido como una práctica prometedora debido a su accesibilidad, bajo coste y potencial para mejorar tanto la salud mental como la física.
¿Qué es exactamente la meditación?
Por definición, meditar es una práctica cuyo objetivo es calmar la mente y aumentar la consciencia del momento presente, algo que se consigue mediante diversos enfoques, como la concentración en la respiración, la repetición de mantras o la atención plena (mindfulness).
Diferentes formas de meditación han sido practicadas durante miles de años en diversas culturas y tradiciones religiosas, y en las últimas décadas, su práctica se ha extendido incluso como una herramienta terapéutica.
¿Tiene esto sentido?
Beneficios neurofisiológicos y neuroanatómicos de la meditación
Los efectos de la meditación sobre el estado de ánimo son tangibles, cualquiera que haya meditado lo ha experimentado. Y en realidad, parece que meditar puede cambiar nuestro cerebro. Tenemos trabajos que han demostrado que la meditación puede inducir cambios duraderos tanto en la estructura como en la función cerebral, un fenómeno conocido como neuroplasticidad.
Estudios de neuroimagen han mostrado que las personas que meditan regularmente, a largo plazo presentan una mayor densidad de materia gris en áreas del cerebro relacionadas con la regulación emocional y la atención, como la corteza prefrontal, la ínsula y la amígdala, zonas que juegan un papel crucial en la respuesta al estrés.
Esto está muy bien. Pero si como yo, te preguntas si la meditación puede tener un efecto beneficioso en tu salud cardiovascular, he investigado y te voy a resumir lo que dice la evidencia científica actual.