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#34. ¿Vapear es peligroso? Lo analizamos.

Los vapers están de moda. Las cosas como son.

Sientan bien,

son menos perjudiciales que el tabaco,

y te dan esa imagen cool que tanto te gusta.

Pero… ¿son peligrosos? ¿Cuánto?

En los últimos años, el uso de cigarrillos electrónicos y vaporizadores, comúnmente conocidos como vapers, ha aumentado. Y bastante. Te lo expongo con datos, mira.

Actualmente fuma tabaco convencional el 23% de los españoles. Esto es menos que en las últimas décadas, pues en el año 2000, fumaban el 33% de los españoles. Si lo dividimos por sexo, fuman el 25% de los varones y el 18% de las mujeres.

Por contra, cada vez se vapea más. Sobre todo, los más jóvenes. Es bastante llamativo el dato de que el 48% de los estudiantes de 14 a 18 años han utilizado cigarrillos electrónicos, y el 38% lo han hecho en el último mes​​. Los utilizan más los chicos que las chicas.

¿Cómo es un vaper?

Fuente: https://www.revista.unam.mx/vol.17/num4/art29/

Los vapers consisten en una batería, un atomizador y un e-líquido. Al activarse, el atomizador calienta el líquido, que generalmente contiene propilenglicol, glicerina vegetal, nicotina y saborizantes, convirtiéndolo en vapor. A diferencia de los cigarrillos tradicionales, los vapers no queman tabaco, lo que reduce la producción de muchas de las sustancias químicas tóxicas presentes en el humo del tabaco.

Pero sí que contienen cientos de elementos y compuestos. Es verdad que algunos no contienen nicotina (otros sí), pero con la mayoría inhalas formaldehido, acroleína, acetaldehído, diacetilo, compuestos orgánicos volátiles como el tolueno y el benceno, metales pesados como el níquel, el estaño y el plomo, y partículas ultrafinas, que penetran en profundidad en tus pulmones.

Y sí. El número de sustancias es menor que las liberadas con el cigarrillo convencional. Pero sorprendentemente, la cantidad que inhalamos de algunas no es menor que con el cigarrillo. Algunos estudios han demostrado que el nivel de acroleína en el aerosol de los cigarrillos electrónicos puede ser hasta 14 veces mayor que en el humo del tabaco. Y claro, estas sustancias no son inocuas, son tóxicas. Y tienen efecto en tu cuerpo… y en tu corazón.

Para empezar, dañan tus arterias.

Tus arterias son una parte viva de tu sistema circulatorio, que lleva oxígeno y nutrientes a todos tus órganos. Para que éstos reciban sus nutrientes con normalidad, tus arterias necesitan poder regular su tono, es decir, deben de poder contraerse o dilatarse más o menos, para adecuarse a los requerimientos de los diferentes órganos y tejidos.

Pues bien, sabemos que el consumo de cigarrillos electrónicos deteriora el funcionamiento de tus arterias. Provocan lo que llamamos disfunción endotelial, que te pone en riesgo de sufrir un evento cardiovascular. Vapear también se ha relacionado con un aumento en la rigidez arterial, un factor de riesgo importante para la hipertensión y enfermedades cardíacas. De hecho, cuando vapeas incluso una vez, ya sube algo la presión arterial y aumenta el tono vascular. Se produce, por tanto, una mayor rigidez arterial​​ directamente al vapear.

Suponen riesgo de infarto.

La propia rigidez arterial y la disfunción de tus arterias ya incrementa el riesgo de infarto. Pero es que además, la exposición a estos compuestos aumenta el estrés oxidativo y la inflamación, factores que contribuyen a la génesis de placas de ateroma que te ponen en riesgo de sufrir un infarto. 

¿Pero cuánto? ¿Perjudican mucho o poco?

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