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#84. Por qué y cómo mejorar tu salud cerebral

El cerebro es quizás el órgano más complejo y fascinante que existe, el centro de control del cuerpo humano. 

Es el responsable de funciones tan diversas y esenciales como la memoria, el lenguaje, la visión, el movimiento, el comportamiento o las emociones, de todo lo que nos hace ser como somos. 

Sin embargo, no se cuida solo. 

Hay factores que incrementan tu riesgo o te protegen de sufrir enfermedades del cerebro, algo que hasta hoy creíamos que era cuestión de suerte, o de genética.

Mantener tu cerebro sano a lo largo de la vida es fundamental no solo para evitarlas, sino también para garantizar su buen funcionamiento, para mejorar nuestro bienestar.

Afortunadamente, la ciencia ya empieza a saber qué es lo que debemos y no debemos hacer para cuidar nuestra salud cerebral. Te lo cuento a continuación.

Las enfermedades del cerebro se han achacado a la edad. Nos hacemos mayores, el cerebro envejece y es normal que empiece a funcionar peor y a enfermar, ¿verdad?

No lo tenemos tan claro. De hecho, la frecuencia de la enfermedad cerebral está aumentando debido al envejecimiento progresivo de la población, pero también a que algunas patologías, como los accidentes cerebrovasculares o la enfermedad neurodegenerativa, están empezando a diagnosticarse cada vez más en gente joven, y esto es una consecuencia del empeoramiento de nuestro estilo de vida, que a tu cerebro le sienta especialmente mal.

Los mecanismos que pueden enfermar tu cerebro son particulares.

Fíjate qué curioso. Si para tu salud cardíaca hablamos mucho de colesterol, resistencia a la insulina e hipertensión, en el cerebro son otros factores los que lo dañan especialmente. Algunos son comunes, es cierto, como la inflamación crónica. Pero otros son peculiares, como la falta de estímulos cognitivos. Te digo cuáles son.

  • Inflamación crónica: la obesidad, el tabaquismo y las dietas con exceso de azúcares, de sal, de colesterol y grasa saturada y de alimentos procesados generan un estado inflamatorio crónico que afecta al cerebro y que se ha relacionado con su tasa de enfermedad.
  • Estrés oxidativo: lo provocan el sedentarismo, una dieta deficitaria en vitaminas y antioxidantes, el estrés crónico y especialmente la falta de sueño aumentan los radicales libres. Dañan las neuronas y aceleran el envejecimiento cerebral.
  • Daño vascular: la agresión a los vasos sanguíneos impide un flujo de sangre adecuado al cerebro ocasionando una falta de nutrientes y oxígeno que ocasiona muerte neuronal.
  • Disminución de neuroplasticidad: la falta de estímulos cognitivos, sensoriales y físicos reduce la capacidad del cerebro para adaptarse y repararse.
  • Alteraciones neuroquímicas: el estrés crónico y la mala alimentación afectan la producción de neurotransmisores esenciales para el mantenimiento de la función cerebral.

Ello afecta estas funciones cerebrales.

Estas patologías pueden afectar a partes tan diferentes y funciones tan necesarias como la cognición, la fuerza muscular, la conducta, la capacidad para caminar o las relacionadas con los órganos de los sentidos. El deterioro de todas ellas impacta directamente en la capacidad de las personas para realizar actividades cotidianas y en su autonomía, y son el propio enfermo y sus seres queridos los que sufren el declive de su situación vital.

A continuación te desgrano qué le puede ocurrir a nuestro cerebro si no lo cuidamos y qué podemos hacer para prevenir o retrasar la aparición de las enfermedades que pueden dañarlo.

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