#65. El vino en el punto de mira. Todo lo que necesitas saber acerca del resveratrol y la paradoja francesa.
En 1992, unos investigadores encontraron que un alto consumo de vino en unas ciudades de Francia se asociaba a una menor tasa de infarto.
¿Cómo podía ser? ¡En Francia! ¡Con el queso y la mantequilla que se consume allí!
Surgieron todo tipo de explicaciones, que dieron lugar a la “buena” fama del vino como una bebida beneficiosa para el corazón.
De entre todas, su contenido en resveratrol y antioxidantes.
Pero, ¿qué hay detrás de todo esto? ¿Es cierto? Te cuento lo que hay detrás.

El estudio que lo cambió todo.
En la década de 1980, una serie de estudios epidemiológicos encontraron que los franceses tenían una incidencia de enfermedades cardiovasculares menor que países como Reino Unido o los Estados Unidos. Esto era llamativo, pues los franceses tenían un alto consumo en grasa saturada y colesterol (lácteos, huevo y queso). Y claro, se empezó a buscar una explicación.
El término “paradoja francesa" fue popularizado por los investigadores Serge Renaud y Michel de Lorgeril en un artículo publicado en la revista The Lancet en 1992. Observaron que, a pesar de una dieta rica en grasas saturadas, la población francesa presentaba una baja incidencia de enfermedades coronarias y que esto se asociaba a un consumo moderado de vino tinto[1]. ¿Podría ser el vino un factor protector?