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#92. El Síndrome de Gulliver. Por qué puede salvar millones de vidas.


“No tenía nada, y le dio un infarto.”

¿Esto tiene sentido?

Realmente sí. Porque la enfermedad se empieza a fraguar antes de que la podamos detectar.

Y esto es lo que da sentido al Síndrome de Gulliver: detectar a tiempo un aumento del riesgo cardiovascular, para tomar medidas.

En tan solo unas semanas, ya es el artículo más leído y descargado de su revista, Frontiers in Cardiovascular Medicine.

Te explicamos qué es y la importancia que tiene este Síndrome.

 

“En 1725, el clérigo anglo-irlandés Jonathan Swift publicó su obra los Viajes de Gulliver. Allí narra las aventuras de Lemuel Gulliver, que en su primer viaje naufraga cerca de la costa de van Diemen y llega exhausto a la playa de un país llamado Liliput, cuyos habitantes eran de un tamaño doce veces menor que él. Al verlo desvanecido en la playa, inmovilizan al gigante con unas cuerdas que para él resultaban ser tan diminutas como hilos de coser, pero eran tantas las que lo sujetaban que no se pudo levantar.

Esta imagen me trajo a mí la idea análoga de lo que les pasa a muchos de los pacientes que habitualmente vemos en consulta, que presentan alteraciones al límite de algunos factores de riesgo cardiovascular, pero que no entran en la categoría de padecer clínicamente ese factor y salen de la consulta sin ninguna intervención. Sin embargo, la confluencia en un mismo paciente de varios factores ligeramente alterados, hacen que la actuación sinérgica de todos ellos a la vez le inmovilicen tal como le ocurrió a Gulliver y disparen su riesgo cardiovascular.

José Abellán Alemán.

Y es que seguro que has oído alguna vez: “No tenía nada… y le dio un infarto”. Y aunque la genética es importante, en la mayoría de ocasiones no es una cuestión de mala suerte.

Sin ser conscientes de ello, muchas personas presentan y acumulan pequeñas alteraciones silentes que, por separado, no suponen un aumento significativo del riesgo cardiovascular, pero que cuando se presentan en conjunto sí que condicionan un aumento claro del riesgo cardiovascular.

Por qué importa (y por qué ahora).

Sabemos que el riesgo cardiovascular es un continuo: pequeños aumentos en la presión arterial, glucosa o lípidos sí tienen impacto a largo plazo, y se potencian entre sí. El problema es que antes de superar los umbrales establecidos para su diagnóstico, tendemos a ni siquiera considerar o valorar el riesgo cardiovascular de las personas. Ponerle nombre a este fenotipo ayuda a vencer esa inercia y a protocolizar qué hacer, ayuda a actuar.

Si no se es consciente, ni el propio paciente ni el médico pueden tomar medidas.

Siendo conocedores de este problema, y teniendo en cuenta nuestra experiencia como médicos y nuestra misión ética, creímos necesario ayudar a mejorar la valoración del riesgo cardiovascular de las personas. Teníamos que idear una manera sencilla de detectar por qué personas “sin patología” tienen un aumento del riesgo de sufrir un infarto.

A esa condición la hemos llamado síndrome de Gulliver. 

Qué es el Síndrome de Gulliver.

Por definición, el síndrome de Gulliver describe a personas con 4 marcadores cardiovasculares que por sí mismos no son factores de riesgo, pero que cuando se presentan en conjunto multiplican significativamente el riesgo de sufrir un evento cardiovascular.

Cada factor por separado puede pasar desapercibido en la práctica clínica tradicional (no alcanzan criterios de factor de riesgo o enfermedad), pero su acumulación ejerce un efecto sinérgico dañino sobre la salud vascular.

Las 4 condiciones.

Hemos considerado que los cuatro criterios expuestos en su diagnóstico (obesidad central, presión arterial, glucemia y colesterol) son los esenciales para que juntos aceleren la inflamación crónica de bajo grado que condicionan que en la pared arterial se inicie y progrese el proceso ateromatoso.

Los límites de los criterios descritos pueden ser objeto de debate. Pero hemos tratado, tras consultar exhaustivamente las guías europeas, americanas e internacionales, de mantener unos criterios límite antes de debutar con el concepto de factor de riesgo alterado y presente.

Para hablar de síndrome de Gulliver deben coexistir en una misma persona estas condiciones:

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