#44. ¿Entrenar con factores de riesgo cardiovascular? Veamos.
Tienes colesterol, la tensión un poco alta o te quieren mandar pastillas.
Tu médico dice que tienes más riesgo cardiovascular del deseable.
Y que tienes que hacer ejercicio suave, como caminar o natación.
Nada más lejos de la realidad. Ya sabemos que el ejercicio a una mayor intensidad y el de fuerza es clave para mejorar tu salud cardiovascular.
Si estás perdida o perdido, no sabes por donde empezar, aquí te doy las claves. Acompáñame.
Hasta hace bien poco, se ha tildado al paciente con riesgo cardiovascular de frágil, alejándolo del entrenamiento, especialmente de intensidad.
E incluso a día de hoy, muchas personas con factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión, diabetes, colesterol alto o enfermedades cardiovasculares previas, creen que el ejercicio podría ser peligroso para su salud o que deben evitarlo.
Sin embargo, la evidencia científica respalda que, con las consideraciones y dosis correctas, el ejercicio regular es beneficioso y puede revertir o controlar muchos de estos factores de riesgo.
El artículo de hoy, pretende ser una guía accesible para entender cómo las personas con estos factores pueden practicar ejercicio de manera segura y obtener grandes beneficios para su salud cardiovascular.
¿Por qué el ejercicio es crucial para quienes tienen factores de riesgo cardiovascular?
Las personas con problemas cardiovasculares, o en riesgo de desarrollarlos, pueden beneficiarse enormemente del ejercicio regular. Y esto, ocurre por diferentes motivos que de forma directa incurren sobre diferentes factores de riesgo cardiovascular:
- Reducción de la presión arterial (PA): El ejercicio regular, especialmente de tipo aeróbico, ayuda a reducir la presión arterial. Y el efecto anti hipertensivo del ejercicio físico, está mediado por diferentes mecanismos tanto neurohormonales, vasculares como a adaptaciones estructurales disminuyendo las resistencias periféricas o lo que es lo mismo, la dificultad de que tu sangre fluya por tu árbol circulatorio. En consecuencia, se produce una disminución significativa en la PA basal. Al mejorar la elasticidad de los vasos sanguíneos, el corazón no tiene que trabajar tan duro para bombear sangre, lo que reduce el riesgo de hipertensión. Y lo sorprendente, es el grado de reducción. No es nada despreciable, llegando a alcanzar hasta 10 mmHg en la PA sistólica y 6 mmHg la diastólica.
- Mejora del control de la glucosa en sangre: El ejercicio aumenta los principales almacenes de glucogeno en el cuerpo: el músculo. Pero no solo esto, sino que ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que facilita el control de los niveles de glucosa en sangre.Además, durante su realización, aumenta la captación de glucosa por parte de la principal proteina transportadora ubicada en el músculo: GLUT 4.De esta forma, la captación de glucosa con respecto al reposo, es hasta 100 veces mayor.
Esto es particularmente importante para las personas con diabetes o resistencia a la insulina, ya que la diabetes es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular.
- Mejora del perfil lipídico: El ejercicio principalmente aeróbico aunque también el de fuerza y puede disminuir uno de los principales factores causales de evento cardiovascular: los niveles de LDL (colesterol "malo") y los triglicéridos. Esto, mejora de forma considerable el perfil lipídico del paciente con riesgo cardiovascular, debido a una reducción en el riesgo de formación de la placa de ateroma.
Además, la realización de ejercicio físico, especialmente en personas con obesidad (lo que supone un factor de riesgo adicional), provoca una disminución del peso corporal. Y es que por cada kilogramo de peso perdido, los niveles de LDL pueden disminuir hasta 0,8 mg/dL.
Además, suele producirse un aumento del colesterol HDL (el mal llamado “colesterol bueno”), factor que se correlaciona con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, ya que tanto el ejercicio físico como otros hábitos positivos como puede ser dejar de fumar, provocan un aumento en su concentración. - Mejora del bienestar físico y emocional: Las personas con factores de riesgo cardiovascular a menudo experimentan altos niveles de estrés, ansiedad o depresión. El ejercicio puede provocar un aumento del estado de animo por el efecto sobre neurotransmisores y además reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés), mejorando el estado de ánimo y ayudando a la salud general del corazón.