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#30. Estatinas y salud. ¿Son peligrosas?

Te han dicho que son medicamentos peligrosos y que es mejor no tomarlos.

Que los médicos estamos vendidos a la industria farmacéutica y por eso los prescribimos sin que sean necesarios.

Pero… ¿cuál es el efecto y el peligro real de las estatinas? ¿Cuándo hay que tomarlas?

Te lo cuento.

¿Qué son y cuál es su efecto?

Las estatinas son un grupo de medicamentos que se utilizan para reducir los niveles de colesterol. Actúan principalmente reduciendo el colesterol contenido en transportadores LDL (las lipoproteínas de baja densidad, como ya vimos aquí). Y esto es así porque la mayoría del colesterol que corre por tu sangre lo fabricas tú, sobre todo, en tu hígado. Las estatinas inhiben la acción de la HMG-CoA reductasa, que es una enzima necesaria para que tu cuerpo produzca colesterol. 

Y así, tus células y sobre todo las de tu hígado, se ven obligadas a tomar el colesterol que necesitan a partir del que ya corre por tu sangre. Tu hígado entonces capta y “recicla” más colesterol LDL de tu sangre, reduciendo así tus niveles de LDL (los que medimos en una analítica).

Existen varias estatinas en el mercado, como simvastatina, atorvastatina, rosuvastatina, pravastatina, o lovastatina, entre otras. Cada una varía en potencia y en la manera en que se metaboliza en el cuerpo, aspectos que tenemos que tener en cuenta cuando pensamos en necesidad de tomarlas.

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Las diferentes estatinas tienen un potencia distinta en cuanto a capacidad de reducir el colesterol LDL▯. Fuente: Uptodate.com

¿Qué han demostrado en salud?

Si las estatinas son uno de los fármacos más prescritos en nuestro sistema sanitario es debido, al menos en buena parte, a que tienen una eficacia demostrada en diversos escenarios. Principalmente, a nivel cardiovascular. Ensayos clínicos importantes demostraron que tomar estatinas reduce el riesgo de sufrir un infarto y otros eventos cardiovasculares.

Primero, lo vimos en personas que ya habían sufrido un evento cardiovascular. El estudio 4S fue uno de los primeros. Vimos que en pacientes con enfermedad de las arterias coronarias, tomar simvastatina reducía significativamente tanto la mortalidad total como los eventos cardiovasculares, incluyendo el infarto de miocardio.

Pero luego vinieron estudios más interesantes, porque nos dimos cuenta de que las estatinas también eran eficaces en personas que no habían sufrido un evento cardiovascular. Por ejemplo, el estudio WOSCOPS demostró que en pacientes con hipercolesterolemia sin enfermedad cardiovascular previa tomar pravastatina reducía el riesgo de infarto de miocardio y mortalidad. En el estudio HPS, pacientes con alto riesgo de enfermedad cardiovascular pero sin ella conocida, incluidos los diabéticos, la simvastatina reducía significativamente los eventos cardiovasculares mayores, independientemente de los niveles iniciales de colesterol.

Fuimos más allá. En el estudio JUPITER, realizado en personas con niveles normales de colesterol pero con niveles elevados de proteína C reactiva, un marcador de inflamación, la rosuvastatina redujo el riesgo de eventos cardiovasculares mayores.

Para participar en el estudio Jupiter, los pacientes no tenían que haber sufrido un infarto ni tener ni siquiera un alto riesgo cardiovascular. Simplemente marcadores de inflamación aumentados y un LDL por debajo de 130 mg/dL. Y así, los que recibieron rosuvastatina presentaron una menor mortalidad y menos eventos cardiovasculares que los que no. Fuente: https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa0807646

Todos estos trabajos y estudios sentaron la base para las indicaciones de las estatinas.

¿Cuándo las damos?

La indicación más clara es en personas que ya han sufrido un evento cardiovascular, como un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular. Esto es lo que conocemos como prevención secundaria. En estos pacientes, tomar estatinas frente a no tomarlas reduce la mortalidad y la aparición de nuevos infartos.

¿Cuánto? Pues la mortalidad un 9%, los eventos cardiovasculares como los infartos un 30% aproximadamente. La comunidad médica tenemos pocas dudas de que en estos pacientes, en los que el riesgo de sufrir un nuevo evento cardiovascular es muy alto, tomar estatinas merece la pena.

Ahora bien, ¿y en personas que aún no han sufrido un evento cardiovascular (en prevención primaria)? Aquí la cosa se complica, pero en general se acepta que las estatinas están indicadas si al calcular el riesgo de sufrir un evento cardiovascular, este riesgo es al menos moderado, o si hay otros factores de riesgo como diabetes o una hipercolesterolemia familiar -que aumentan el riesgo-.

¿Cuánto de eficaces son las estatinas en prevención primaria? Pues en realidad son exactamente igual de eficaces que en prevención secundaria, es decir, disminuyen la mortalidad un 9%, y los nuevos eventos un 30%. Entonces…

¿Por qué están tanto en entredicho? ¿Cuál es el problema?

Pues que dado el menor riesgo absoluto de un evento cardiovascular que presentan estas personas que no han sufrido un evento cardiovascular, el número absoluto de eventos cardiovasculares que “salvan” las estatinas es menor. En concreto, en pacientes con un riesgo cardiovascular bajo, para reducir 1 evento cardiovascular, se han de tratar a 143 pacientes durante 10 años. Si el riesgo cardiovascular es moderado, para reducir 1 evento cardio vascular, se han de tratar a 67 pacientes durante 10 años.

¿Son muchos? ¿Demasiados? ¿Merece la pena?

Yo, personalmente, pienso que bien individualizado cada caso, en algunos sí. No en todos, por supuesto.

¿Cuándo no hay que tomar estatinas?

Aunque las estatinas son generalmente bien toleradas, pueden tener efectos adversos que deben ser considerados. Las principales contraindicaciones incluyen:

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